Cadenas

Como un barco a la deriva,
que no controla su rumbo
busca llegar a la orilla,
el niño busca un futuro.

Como un pájaro herido
al que le maneja el viento,
el niño tenía miedo
de no encontrar el camino.

Como un lobo espera
cada noche a la luna
para contarle sus penas.

Este niño se pregunta
el porqué de estas cadenas
que le atribuyen la culpa.

Culpa del barco perdido.
Culpa del pájaro herido.
Culpa de un salto al vacío.

Y aunque no encuentre salida,
y aunque lo vea todo negro,
él aguanta las cadenas
para parar la caída
de quién le ha hecho preso.

Y aunque se dé por vencido
y se quite los grilletes,
el niño llora de pena
por dejarla a su suerte
y del fuego haber huido.

Ese fuego que quemaba sin saberlo.
Ese fuego que ni el llanto apagaba.
Ese fuego traicionero
que la realidad ocultaba.

Ese fuego que te nubla el pensamiento,
que tu pobre alma necia desordena
y que es causa de ese amargo sufrimiento
al quitarse las cadenas.

Antonio Pantoja

Versión del pasodoble de la comparsa «Calle de la Mar» de Antonio Martínez Ares (2003)

Fotografía: Clara Pantoja (@cpantojar17)

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