Inició el camino
con un nudo en el alma.
No podía con su destino,
tan solo quería la calma
Sus ojos a punto de romperse.
Un solo golpe más de presente,
y llanto comenzaría.
El dolor brotaría.
Se encontraba buscando el sol
para poder cicatrizar,
para conseguir olvidar,
las penas inundadas de alcohol
Si no sabes
a donde quieres llegar,
No te pares a pensarlo,
sigue caminando
y dedícate a soñar,
que no te puedan los males.
Sus ojos se rompieron.
Y comenzó aquella tormenta.
Intenté frenarla con mis dedos,
me fallaron las fuerzas.
Sacando el asco y la ira
en forma de piedras,
de su ser las ruinas,
Caían al vacío las penas.
Desgracia o suerte
la que ella tuvo,
que sola no estuvo
él le acompaña siempre.
Y mira que lo intento,
intento que el calor
de mi abrazo, mate
el frío de su recuerdo.
¿Posible es la misión
de ganar este combate?
Yo no sé si conseguí
la misión que tenía
pero una cosa aprendí
nunca le fallaría
Si después de la tormenta
llega la ansiada calma,
que no se le ocurra a ella
olvidarse de mi cara.
Porque si con avisos
de destrucción masiva
consigue que sienta algo.
Con una sonrisa
lograría lo nunca visto,
frenar en seco mi fracaso.
Sentada en la cornisa.
Dentro de ella, dolor.
En su mente, una cuestión
¿qué te he hecho vida?
Fotografía: Salma J.