Carta de mi conciencia

Tranquilo. Relájate. Estoy contigo. Bueno siempre lo estuve, pero tú no lo sabías. No ha pasado el dolor, ni mucho menos. Aún queda mucho por recorrer. Seré breve, ahora que me escuchas después de tanto tiempo enfrascado en el cielo de sus ojos sin yo poder hablarte.

No me esperaba esto de ti. No. Te has dejado llevar, has dejado de luchar. De ti no me lo esperaba. Los sueños han acabado contigo. Andas muerto en el mar, hundiéndote poco a poco, en busca del azul perfecto.  Ese azul, como lo añoramos todos…

Bueno, al grano. Lucha, por favor, no te falles ahora. Ni ahora ni nunca. Si no tienes fuerzas date la vuelta. Hazte el muerto. No te pido que nades. Olvídate de la vida, pero no de vivir, déjate llevar por el mar. Escóndete de ella, de la vida. Si no tienes fuerzas para nadar, no lo hagas que ya las recuperarás. Sólo te pido que mires hacia arriba, hacia el cielo, también es azul. Tampoco te pido que vueles. Aún no sabemos hacerlo, pero ya llegará alguien con quien volar. Pero primero hay que superar el dolor.

Bueno, siento que te vuelvo a perder. Hazme caso, por favor. Cuando me necesites quiérete un poco y volveré. No hace falta que tanto como a ella. Solo un poco. Ya sabes, querer tanto, de esa manera, duele. Quién mejor que tú para saberlo. Esto no es una despedida, pero te pierdo amigo. Lucha y lucha.

Firmado: Tu conciencia.

Antonio Pantoja

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Fotografía: Salma J

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