No quiero morir,
de un nudo en la garganta.
Yo quiero morir,
a tu lado en la mañana.
No quiero morir,
sin saber lo que es el cielo.
Yo quiero morir,
ahogado en tu cuerpo.
Ahogado en la duda
de este duelo:
A ti los ojos mirarte
O a ti los labios besarte.
Contigo acabar
Siempre con arte
Ya sea barroco,
abarrotado de besos.
Ya sea renacimiento,
sobrio como tu desnudo cuerpo.
Tú, arte del renacimiento.
Yo, muerto de tu vida,
suplico, hazme volver
a la misma, a la mia.
Y así fue, tu me mataste y tu me harás resucitar. ¿Malo morir?, nunca. Eso nunca. Te esperé en vida, cuando estaba muerto, no llegaste. Te esperaré en el lugar dónde me dejaste, donde me llevaste. Allí te volveré a ver seguro.
Porque la vida, es el prólogo de la muerte y si no te mueres al querer algo falla.
Querer es soñar,soñar es vivir, vivir es morir. Morir es querer. Así es el círculo vicioso, pero nunca tan adictivo como la música de tu piel.
Mátame si no quieres morir, pero hazlo tú. Hazlo pronto, vuelve a matarme
Cómo yo te quiero, quiéreme.Entra en mi sueño y sígueme,que te voy a contar una historia. La historia de un viaje. Un viaje hasta el cielo.Un viaje hasta la muerte. Pero antes de nada, que el objetivo de todo esto no otro que enamorarse el mayor número de veces del menor número de personas.
Morir las veces que haga falta. Llorar las veces que haga falta,mas que todo ello sea el preludio de la luminaria del alma que te enamorará y que enamorarás.
Un alma prendida,
una llama incontrolada,
es peligro de incendio.
Un alma
encendida,
una llama enamorada,
es peligro de éxito.
Todo empezó con aquel beso,
con aquel fugaz lucero.
Inicio de la muerte.
Pero tuve la suerte,
de subir desde el suelo,
contigo hasta el cielo.
Cogidos de las alas,
o de las manos del alma,
La brisa de tus suspiros,
la música al acariciarte,
el compás de los te quiero,
Me subieron al cielo.
Me llevaste hasta allí,
pero no supe seguir,
no quise morir sin ti.
Abrazando nubes,
pasa el tiempo.
Pero nunca subes.
Abrazando nubes,
esquivando la soledad.
Descubriendo tu grandeza
de los pies
a la cabeza.
La necesidad de llorar,
y volverme a ahogar,
esta vez en mi,
me enseñó que
La muerte es la suerte de vivir.
En el cielo, se vive bien,
no te lo desmiento.
Pero yo siento,
que no es el edén,
sino la fuerza de quererte,
la verdadera suerte.
PD: Cuando subas y te sientas sola, llámame que subiré por ti
Antonio Pantoja
Fotografía: Salma J
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